Estamos a punto de entrar en el cuarto día en el que los usuarios de BlackBerry están sin servicio,
una odisea que comenzó el lunes a las 11:30 de la mañana y que
significó un corte de 12 horas en el servicio que dejaron patente el
hecho de que, quizás, cursar todo el tráfico de los terminales (correo,
web, mensajería instantánea, etc) a través de la infraestructura de RIM
era algo demasiado arriesgado.
Los problemas continuaron el martes cuando el servicio se volvió a caer
en la zona EMEA y se ha propagado hasta América, Asia y Oceanía, de
hecho, durante el tercer día, ha afectado a Estados Unidos.
Esta caída del servicio, básicamente, transforma un smartphone
BlackBerry en un terminal que, únicamente, sirve para realizar llamadas
telefónicas y enviar y recibir mensajes SMS, lo cual limita bastante el
rango de acción y, teniendo en cuenta lo hondo que ha calado en
empresas y organismos gubernamentales, ha desconectado del mundo a
muchos profesionales. ¿Y cómo ha podido fallar un sistema al que se tenía en tan alta estima? Según la explicación oficial de RIM, que ya avanzó en unas declaraciones y, posteriormente, ha confirmado en una call-conference,
se produjo un fallo en su centro de Reino Unido y, dado que el servicio
funciona en alta disponibilidad, el tráfico debió redirigirse a los
otros dos centros de datos que la compañía posee (en Estados Unidos y
Canadá), sin embargo, uno de los conmutadores (switches) del núcleo de su red falló y no realizó tal función, por lo que los usuarios de EMEA se quedaron sin servicio.
Hasta
aquí se explica lo que ocurrió el lunes, sin embargo, el asunto se
complica poco después cuando RIM intenta solventar el problema y se
encuentra que todo el tráfico acumulado es de tal magnitud que, al desviarlo a sus otros dos centros de datos, éstos quedan saturados y la congestión se extendió a todos los usuarios del servicio.
RIM ha declarado que descarta que el problema se deba a un ataque o un
fallo de seguridad, afirma no haber encontrado indicios de ello. Tras el
fallo y la redirección del tráfico, RIM se ha encontrado un volumen de
datos tan grande que los dos tercios de su infraestructura que aún
quedaban en pie no han sido capaces de manejar y han terminado por
venirse abajo.
Para la tranquilidad de los usuarios, sobre todo de los clientes corporativos, RIM asegura que ninguno de los mensajes que están por entregar se ha perdido,
simplemente, están en esa cola inmanejable que están intentando sacar;
eso sí, aún no dan fecha para la solución del problema. Por ahora, los
usuarios están sin poder recibir correos en sus terminales (ni tan
siquiera con la aplicación de Gmail), ni tampoco pueden utilizar
servicios como Twitter, Foursquare, BlackBerry Messenger o WhatsApp; si
bien de vez en cuando se recibe algún lote de mensajes (con mucho
retraso) pero, tras la entrega, el servicio vuelve a estar indisponible.
Independientemente de que los mensajes no se pierdan y llegue el día en el que éstos sean entregados, esta crisis de RIM (además de costarle cara en imagen) pone en relieve un asunto muy delicado: la infraestructura de RIM está muy por debajo de la necesaria para la demanda actual del servicio. Un sistema en alta disponibilidad, como el de BlackBerry, debería haber sido capaz de funcionar con dos tercios de la infraestructura, aunque fuese con una latencia algo mayor, sin embargo, tal ha sido la acumulación de datos a procesar que, al final, se ha alcanzado el punto de saturación.
¿Y
qué hará RIM a partir de ahora? La cola de mensajes es su mayor
problema porque no es algo que puedan borrar tan alegremente, reiniciar
los servidores y empezar desde cero. Entre esas comunicaciones hay de
todo (mensajes personales, correos electrónicos profesionales, multas de
tráfico, etc) y si se llegasen a perder sería el fin de un servicio en
el que, precisamente, se confía por su seguridad e integridad en las
comunicaciones.
¿Tienen derecho los usuarios a reclamar? Pues son muchas las voces que dicen que sí
por mucho que las operadoras intenten hacer creer a los clientes que la
culpa de es RIM y no suya. Muchas operadoras están enviando mensajes a
sus usuarios informando que el problema es de un tercero, algo que es
cierto pero, en el fondo, ellos son revendedores de un servicio que
facturan.
Por ahora, RIM no se atreve a dar fecha para la solución del problema
y únicamente comentan que trabajan en solucionar el problema y que los
usuarios deben estar tranquilos porque no perderán mensajes. De todas
formas, creo que no es descabellado pensar que todo esto, al final, va a
terminar pasando factura a la compañía y a su equipo directivo.